Galletas de jengibre

Hay recetas que no nos pueden faltar en fechas del calendario señaladas y una de ellas son las galletas de jengibre de la Navidad. Poco a poco se han ido ganando ellas solitas su propio espacio durante este periodo del año, aunque, por supuesto, también las podemos disfrutar durante todo el año.

Verás que la receta es sencillísima y los más pequeños de la casa nos pueden ayudar a hacerla.

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Galletas de jengibre

Ingredientes:

• 200 gramos de harina integral
• 100 gramos de azúcar
• 85 ml de aceite (también puedes usar margarina o mantequilla)
• 65 ml de bebida vegetal o de leche
• 2 cucharadas de sirope de agave o de miel
• 1 cucharadita de levadura o de polvos para hornear
• 1 cucharadita de canela
• Media cucharadita de jengibre rallado o de jengibre molido. Si estás acostumbrada a tomar jengibre, usa una cucharadita entera.
• Un pellizco de clavo molido
• Un pellizco de sal
• Para el glaseado: 120 gramos de azúcar glass o impalpable, 1 cucharada y media de bebida vegetal o de leche y colorante alimenticio.

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Elaboración:

Mezcla todos los ingredientes secos en un bol.

Añade los ingredientes húmedos y mueve bien hasta que estén todos integrados. Al principio será más fácil y luego tendrás que hacerlo con las manos porque la masa va adquiriendo una textura más densa y sólida.

Haz una bola con la masa y déjala reposar en la nevera o refrigerador durante 30 a 60 minutos.

Enharina la superficie en la que vayas a hacer las galletas para que no se pegue la masa. Con un rodillo, la vas alisando poco a poco hasta dejarla con un grosor de no más de 2 cm. Seguramente necesites echar un poco de harina de vez en cuando en el rodillo para que no se pegue a la masa.

Enciende el horno a 180ºC.

Toma el molde o los moldes que quieras usar y ve haciendo las galletas. Coloca un papel vegetal o para hornear sobre la bandeja del horno y ve colocando las galletas dejando suficiente espacio entre ellas.

Hornea durante unos 15 minutos o hasta que veas que la superficie de las galletas está dorada.

Una vez que las sacamos del horno, las vamos a dejar enfriar a temperatura ambiente antes de decorarlas, aunque también las puedes dejar así. Además, ahora están blanditas y las podemos romper al manipularlas. Una vez se han enfriado, se endurecen un poquito y adquieren una textura más crujiente y de galleta.

Para hacer el glaseado mezclamos el azúcar con la bebida y, si quieres añadir color, pon dos o tres gotas de colorante alimenticio. Ponemos la mezcla en una pequeña manga pastelera con la boquilla muy pequeña y decoramos las galletas como más nos apetezca (o como nos permita el pulso).

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